“El golf está empezando a despegar y nuestro trabajo es poner las bases para que se haga de forma correcta”, Javier Farrán
El español Javier Farrán llegó a Arabia Saudí hace un año para liderar un mega proyecto que en menos de un lustro colocará al golf saudí en el centro del turismo de la península arábiga.
El Campo de Golf de Riyadh, situado a menos de 20 minutos de la capital de Arabia Saudí, Riad, y a las puertas del Desierto de Arabia, quizá uno de los lugares más inhóspitos del planeta, se inauguró en 1990 siendo una novedad el conseguir que algo verde creciera en estas tierras. Hasta ese momento, el país, casi tan grande como el continente europeo, contaba con una decena de campos de tierra que los británicos habían creado para poder seguir con su pasión: el golf.
Con la irrupción en el golf de la empresa Aramco (Arabian American Oil Company) y posteriormente la Liga LIV Golf patrocinada por el PIF (Public Investment Fundation) bajo el control de la Corona, el Príncipe Mohammed bin Salman Al-Saud y del gobernador Yasir Al-Rumayyan, comenzó una revalorización de los campos de golf
Javier Farrán fue uno de los elegidos por la Federación Golf Saudi para mejorar el campo de Riad y para los próximos proyectos que se avecinan.
“Este tipo de proyectos requiere mucha agua, mucho trabajo y tener detrás un gran equipo. Mi trabajo consiste en mantener los campos de golf que hay en la actualidad y colaborar con los nuevos proyectos que están por llegar. Aquí la industria del golf está empezando, va muy deprisa y en la dirección correcta, Y ese es básicamente nuestro trabajo”, explica Javier
Y es que no todo es invertir dinero a lo loco, que les sobra, sino más bien aprovecharlo para megainversiones que en otros lados del planeta serían impensables. Como crear una ciudad en mitad del desierto, cuyo aprovechamiento de las aguas residuales irán a parar a los campos de golf.
“En España, y sobre todo en Andalucía, fuimos pioneros en usar las aguas regeneradas que se desperdiciaban e iban directas a ensuciar los mares, y aprovecharlas y reciclarlas para el riego de los campos de golf. Gracias a eso, la industria del turismo de golf en España ha crecido tanto. Ese ejemplo y esa tecnología, aumentada y mejorada, se va a crear aquí”.
El riego por goteo, en el que la agricultura almeriense se basó para convertirse la huerta de Europa; la regeneración de las aguas de desecho, hierbas transgénica que exijan poco riego y quién sabe si el Desierto de Arabia se convertirá en un gigantesco oasis y un paraíso para los golfistas.
“El golf está empezando a despegar y nuestro trabajo es poner las bases para que se haga de forma correcta”, Javier Farrán
El español Javier Farrán llegó a Arabia Saudí hace un año para liderar un mega proyecto que en menos de un lustro colocará al golf saudí en el centro del turismo de la península arábiga.
El Campo de Golf de Riyadh, situado a menos de 20 minutos de la capital de Arabia Saudí, Riad, y a las puertas del Desierto de Arabia, quizá uno de los lugares más inhóspitos del planeta, se inauguró en 1990 siendo una novedad el conseguir que algo verde creciera en estas tierras. Hasta ese momento, el país, casi tan grande como el continente europeo, contaba con una decena de campos de tierra que los británicos habían creado para poder seguir con su pasión: el golf.
Con la irrupción en el golf de la empresa Aramco (Arabian American Oil Company) y posteriormente la Liga LIV Golf patrocinada por el PIF (Public Investment Fundation) bajo el control de la Corona, el Príncipe Mohammed bin Salman Al-Saud y del gobernador Yasir Al-Rumayyan, comenzó una revalorización de los campos de golf
Javier Farrán fue uno de los elegidos por la Federación Golf Saudi para mejorar el campo de Riad y para los próximos proyectos que se avecinan.
“Este tipo de proyectos requiere mucha agua, mucho trabajo y tener detrás un gran equipo. Mi trabajo consiste en mantener los campos de golf que hay en la actualidad y colaborar con los nuevos proyectos que están por llegar. Aquí la industria del golf está empezando, va muy deprisa y en la dirección correcta, Y ese es básicamente nuestro trabajo”, explica Javier
Y es que no todo es invertir dinero a lo loco, que les sobra, sino más bien aprovecharlo para megainversiones que en otros lados del planeta serían impensables. Como crear una ciudad en mitad del desierto, cuyo aprovechamiento de las aguas residuales irán a parar a los campos de golf.
“En España, y sobre todo en Andalucía, fuimos pioneros en usar las aguas regeneradas que se desperdiciaban e iban directas a ensuciar los mares, y aprovecharlas y reciclarlas para el riego de los campos de golf. Gracias a eso, la industria del turismo de golf en España ha crecido tanto. Ese ejemplo y esa tecnología, aumentada y mejorada, se va a crear aquí”.
El riego por goteo, en el que la agricultura almeriense se basó para convertirse la huerta de Europa; la regeneración de las aguas de desecho, hierbas transgénica que exijan poco riego y quién sabe si el Desierto de Arabia se convertirá en un gigantesco oasis y un paraíso para los golfistas.